Es que los cambios, aunque sean para mejor, los vivimos como un salto al vacío. En la vida cotidiana, todo el tiempo hay cambios, algunos sustanciales y otros más pequeños. El tema no es que las cosas cambien, es cómo reaccionamos internamente cuando cambian. Y, en general, reaccionamos mal; nos cuesta aceptarlos y diferirlos (...) Y aunque el cambio haya sido planeado por nosotras, nos hacemos toda una película de lo que va a pasar, pero en el momento en que sucede, es totalmente distinto de lo que habíamos pensado (...) Nos falta perspectiva para darnos cuenta que, en realidad, estamos dejando algo para aprender y ganar otra cosa (...) Una parte clave de evolucionar es estar dispuestas a no saber adónde vamos. Esa transición genera incertidumbre y vacío (...) Pero, como sea, hay que pasarlo y despedirse de lo que ya fue, aunque hayamos perdido, de momento, el GPS de nuestra existencia (...) Como dice la oración de la Serenidad: "Dios dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para conocer la diferencia."
Nuria Docampo Feijóo ( Julio 2011).
No hay comentarios:
Publicar un comentario