Me gusta sentirme cómoda en mi propia casa. Cuando salgo, siempre me pone bien volver. Me encanta mi casa, tiene ventanas en todos los ambientes, incluso en el baño. Es luminosa, alegre y acogedora. Hay quienes piensan en sus casas como seres vivos que necesitan del mismo cuidado que las personas, animales o las plantas. Y, de a poquito, me estoy convenciendo de que puede ser.
Hace unos meses, atravesé una situación difícil emocionalmente que me hizo salir completamente de mi zona de confort. Esos días, tuvimos muchos problemas relacionados al agua. Perdía agua de la heladera, del inodoro y de la canilla de la cocina. Paralelamente a esto, yo no estaba tomando nada de agua. Sin darme cuenta podía terminar el día sin haber llegado a completar un vaso. Hete aquí que me di cuenta que el universo me estaba diciendo algo. Indagando en esto de que todo está relacionado con todo, descubrí que el agua representa las emociones. Y el derrame de agua que mi casa me estaba mostrando era un espejo de mi interior. Como yo no tomaba agua, o sea, como yo no quería reconocer mis emociones, la casa se desbordó para mostrarme lo que estaba haciendo. Cuando empecé a hacer algo al respecto (desde tomar agua conscientemente y expresar lo que me estaba pasando), las pérdidas se fueron solucionando una a una. No quiero decir mágicamente, simplemente, se regularizaron.
Desde entonces me interesa todo lo relacionado a la casa y cómo ésta está relacionada a lo que nos pasa. Encontré una entrevista a Anahí Martella, especialista en limpieza energética, en el que asegura que los espacios se vuelven síntoma de la energía de quienes los habitan y además de explicar cómo detectar "malas ondas", da tips para renovar la energía y pacificar el hogar. Copio un fragmento de la entrevista que me pareció muy interesante para presentar a modo de introducción.
¿Qué es una limpieza de hogar?
Consiste en trabajar a nivel energético con la purificación de un espacio, transmutando la energía del mismo, es decir, elevando su vibración. Uno limpia de manera diaria su casa para que se mantenga bien y se vea linda. Lo mismo se hace a nivel energético.
La pequeña diferencia entre una limpieza física y una energética es que uno empieza a tomar conciencia de que un espacio (una casa, un negocio, etc.) es un ser vivo, igual que una persona, una planta o un animal, entonces trabajar con esas energías implica proporcionarle bienestar a ese espacio y a las personas que lo habitan.
Es importante destacar que cualquier inconveniente físico en un espacio (rotura de caños, problemas en las redes eléctricas, etc.) siempre comienza con un desequilibrio energético de los habitantes, luego del lugar y finalmente se manifiesta en un síntoma. Podemos decir que esos síntomas manifiestan los planos o vehículos a nivelar (emocional, mental, etc.). Al lugar hay que interpretarlo como un ser vivo, percibir qué energías habitan en él e imprimir en su memoria todo aquello que produzca armonía, alegría y bienestar.
¿De qué lo limpiamos? ¿Qué buscamos que se vaya o desaparezca? ¿Cuál es la "suciedad" a limpiar?
Es importante comenzar a cambiar el concepto de generar que algo se vaya o desaparezca, por el de
"elevar la vibración". Así es como comenzamos a transmutar, es decir, a llevar a positivo aquello que se polarizó en negativo.
Realizamos la limpieza energética para liberar todo tipo de memorias que hayan quedado alojadas a nivel etérico. En un hogar que ha sido habitado por personas violentas, por ejemplo, quedarán impresos esos registros y puede ocurrir que influyan sobre los nuevos habitantes del lugar. En un lugar hay -como en todo el Universo- energía a disposición que es neutra. Nosotros la utilizamos y, al hacerlo, la calificamos. Si calificamos negativamente dicha energía (por ejemplo, en
un berrinche o en un día de angustia) con sólo airear el lugar, limpiarlo físicamente, prender un incienso, podremos removerla. Pero si esto ocurre a diario, esa energía mal calificada se transformará en una impresión.
¿Quién realiza una "limpieza de hogar" y cómo se hace?
Una limpieza energética puede realizarla ¡cualquiera de nosotros! Lo que se necesita es que la persona se conecte con el espacio, con el lugar. Por eso, en los talleres de limpieza explicamos que el primer paso para limpiar un lugar es conectarse emocionalmente, sentimentalmente, con la casa.
Yo le hablo a mi casa, me despido de ella cada vez que me voy, le pido a los ángeles que la cuiden y que permanezcan allí en mi ausencia realizando el trabajo de armonización que necesite. La saludo cuando llego y trato de estar en la mayor conexión posible con ella todo el tiempo.
¿Cómo sabemos si nuestro hogar o un lugar necesita una limpieza? ¿Qué cosas podemos registrar?
Funciona de la misma manera que cuando entramos a casa que, por más que esté ordenada, sentimos que es hora de mover muebles y limpiar profundo. Así, una vez que empezamos a "percibir" nuestro espacio, sabemos si necesita un plus (un incienso, un aroma...). Podemos sentirnos inquietos o cansados en un lugar determinado, o diferentes a como solíamos sentirnos. También podemos darnos cuenta de que por más que limpiemos y ordenemos la casa, se desordena con más rapidez que de costumbre...
¿Qué podemos hacer para mantener en nuestros espacios buena energía? ¿Algunos tips?
Cuando se hace una limpieza profunda, recomendamos
mover muebles, por lo menos un rato. Esto colabora en romper los campos magnéticos y hace circular la energía que se estanca. Aunque sean mínimos movimientos de muebles, como correr un sillón y alejarlo de la pared por un día, eso ya produce una circulación diferente de energía, tanto para la persona como para el espacio.
Si no tenemos la posibilidad de contar con productos específicos (pastas alquímicas o lociones de alta vibración), podemos
conseguir un poco de incienso y sahumar la casa.
Y, aunque nos parezca muy básico,
una buena limpieza física, utilizando productos como cera en los muebles, que produce gran descarga, y lavandina en baño y cocina -que elimina miasmas energéticos-, podremos remover grandes cantidades de energía mal calificada.
Tener una habitación aireada y extremadamente ordenada nos asegura una reparación nocturna óptima. No olvidemos que el momento en que dormimos es el lapso de mayor entrega. Cuidar nuestra habitación como un templo nos garantiza que las energías armónicas y protectoras lo habiten y son estas energías las que asistirán también a nuestro buen dormir.
Fuente de la entrevista