Tomando la siesta mirando este fondo
y leyendo este libro
...muy lindo el refrán, pero a la hora de ponerlo en práctica, resulta que somos las reinas de la procastinación. Esta palabra se aplica a la acción de postergar actividades o situaciones que es importante atender, reemplazándolas por otras muchísimas más irrelevantes y agradables. Patear hacia adelante nuestras ganas de hacer cosas puede resultar un alivio en un primer momento, pero en el largo plazo genera angustia y bajones de autoestima, porque nos conecta con la idea de que fallamos otra vez, de que nuevamente el tiempo pasó y no pusimos en marcha eso que queríamos. Quizás sea hora de observar nuestra mente y su manera de catalogar los eventos de la vida. No confundas lo "urgente" con lo "importante". Nuestro cerebro está programado para reaccionar imperativamente a lo urgente, sea o no importante, entonces lo "urgente" nos gana siempre, porque nos mantiene alertas y pendientes.
Sistema "las cosas importantes"
-Eliminá los "debería", todas esas cosas que tenemos que hacer pero no tenemos ganas no nos dejan concentrarnos en lo que realmente nos interesa. No cargues de más, sacatelas de encima o reemplazalas por algo que te motive.
-Creá momentos placenteros y cumplilos como si fueran obligaciones, sé creativa y planificá estos momentos con anticipación pensándolos como una recompensa o una minicelebración cotidiana El placer tiene el mismo derecho en tu agenda que una cita con el médico o una reunión de trabajo.
-Decile "chau" al multitasking full time, nadie dice que sea malo, pero sostenerlo como estilo de vida puede llegar a ser enloquecedor, y con esa sensación de "no llego" que le quita el sabor del tiempo bien aprovechado.
-Dosificá las distracciones, esa ausencia de estímulos externos te permitirá concluir tu tarea en u tiempo menor del que utilizarías en otro contexto.
María Eugenia Castagnino, (Agosto 2011)