Decidir de antemano cuál va a ser el menú de la semana sirve para que no comas lo mismo todos los días ni para que improvises siempre de la misma manera con los básicos que te sacan del paso.
Para hacer más entretenido el panorama gastronómico lo primero que descubrí es que tenés que hacer una lista de lo que te gustaría comer. Acá se puede jugar poniendo todo lo rico que no te permitís en la cotidianeidad. Por ejemplo, muffins que no son ni prioridad ni nutritivos.
Una vez que anotás todo lo que querés comer, el siguiente paso es hacer la lista de super que incluya exhaustivamente todos los ingredientes necesarios. De esta manera, tu alacena se llena con chips de chocolate, polvo para hornear, etc y el incentivo para cocinarlos, ya es otro. Lo mismo pasa con el guiso de lentejas; te encargás de conseguir arroz, lentejas, cebolla, zanahoria, chorizo colorado, panceta y puré de tomate y sólo te queda cocinarlo. Lleva su tiempo, y éste es otro de los factores determinantes.
¿Cuándo cocino? Si te gusta cocinar, seguro encontrás el tiempo porque hacés algo que te da placer. Si te gusta cocinar, pero no encontrás el tiempo, es porque no sabés cómo empezar, se puede resolver con un poco de organización. Y si no te gusta cocinar, pero tenés que cocinar, lo bueno es encontrarle la vuelta. Para cada uno de los casos, recomiendo el uso de esta plantilla:
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