jueves, 28 de agosto de 2014

Afirmaciones positivas #13


"Focalizate en las partes poderosas, eufóricas, mágicas y bellas de la vida, que el universo te las va a seguir trayendo."

miércoles, 27 de agosto de 2014

Evaluación de Futuro Anticipada

Hay una película de Woody Allen en la que una mujer se deja llevar por las declaraciones de una adivina. Graciosamente, empieza a actuar en consonancia y a atraer todo lo que le anticiparon, inclusive conocer al hombre de sus sueños. Si bien plantea una crítica a todas esas personas que se dejan llevar por el horóscopo, ejem, también propone una vuelta de tuerca al sugerir algo así como la teoría de la profecía autocumplida, esta idea de que uno atrae lo que declara.


Guillermo Echevarría propone plantarte unos minutos en el futuro que querés conseguir y empezar a actuar como si ya lo tuvieras. Mirá lo que dice:

"Diseñar futuro consiste en animarse a preguntar ¿qué quiero que pase? en lugar de ¿qué creo que es factible que pase? Es decir, si fuera posible, ¿qué sería valioso lograr? Esta manera de pensar nos eleva por encima del mundo de las probabilidades y nos conecta con las infinitas posibilidades de nuestra vida.

Cuando las personas no viajan a su futuro para mirar su vida desde allí, es común que luego no sepan qué hacer cuando se encuentran con su título de licenciados o lo que sea que buscaron. No imaginaron que el título no arreglaría asuntos como el de tener la actitud necesaria para conseguir un trabajo, haber desarrollado la habilidad de ofrecer atractivamente sus servicios, tener experiencia en la materia, crear y mantener una red profesional de relaciones, tener mirada de emprendedor o saber hacer negocios. Asuntos para los cuales no hace falta tener un título de licenciado, sino ser alguien que se comporta como un licenciado: interesándose, preguntando y relacionándose con profesionales más experimentados porque, simplemente, está apasionado por esa profesión.

Te invito a que hagas la prueba de decirte: Ya soy lo que soñaba ser... ¿Cómo me siento siendo así? ¿Cómo me relaciono con otras personas? ¿Cómo cuido mi cuerpo? ¿Cómo me entreno mental y físicamente? ¿Cómo es un día típico en mi vida? ¿Qué tuve que empezar a hacer y dejar de hacer para llegar hasta aquí?

Otra manera de incorporar la mirada de logro es relacionarte directamente con personas que ya lograron para poder elegir qué aspectos o actitudes de esas personas te gustaría incorporar y cuáles evitar. Leyendo acerca de ellas, viendo sus videos, asistiendo a sus seminarios y ofreciéndote a ayudarlas en lo que necesiten, vas a ir incorporando una manera de mirar que te va a permitir descubrir, en cualquier situación, una oportunidad para ejercitarte en ser ese profesional o lo que estás soñando ser." Esto me lleva al desafío de conversaciones incómodas que me propuse para el año.

Esta idea de que haciendo proyecciones a futuro te puede llevar a replantear tus supuestos y formas en el presente, ya la había mencionado en otra entrada Experiencia Scrooge.

Hay una película francesa que cuenta la historia de una cantante joven y bella que espera el resultado de un análisis de salud. La seguimos durante dos horas mientras atraviesa las calles de París con la duda. La película se llama Cleo de 5 a 7 y es de Agnes Varda, una directora francesa re copada. Que me llevó a la pregunta ¿por qué esperar a que la vida nos arrincone para empezar a cambiar? 

viernes, 22 de agosto de 2014

Pynocho

En relación al post Ni la gran checoslovaka ni la tana ferro donde reconozco la importancia de ejercer la sinceridad con uno mismo y con los demás, encontré este texto de Guillermo Echevarría que da en el clavo:

La relación con otra persona no es solo lo que nos decimos. También está lo que pensamos y no decimos. A todo eso pensado y no dicho lo llamo p-y-no-cho, porque me hace acordar al Pinocho de Disney, a quien le crecía la nariz cada vez que sus palabras no eran coherentes con sus pensamientos, es decir, cada vez que mentía, que es lo que terminamos haciendo en las relaciones cada vez que empezamos a ocultar lo que pensamos.

¿Es conveniente ventilar lo que pensamos?
A veces sí porque, si los pudiéramos expresar, nos ayudarían a estar mejor en la relación, ya que nos permitirían, por ejemplo, pedir lo que necesitamos para sentirnos respetados o para dejar de estar incómodos y así llegar a acuerdos más satisfactorios.

¿Por qué no revelamos nuestros pynochos?
Porque juzgamos que, si hacemos públicos esos pensamientos en un acto de honestidad brutal, podríamos tener problemas aun mayores con los demás.

No podemos evitar que constantemente nos aparezcan pynochos. Lo que sí podemos hacer es elegir qué vamos a hacer con ellos. No tenemos por qué caer ni en el extremo de esconder lo que nos pasa ni tirárselo al otro en la cara. Hay un camino intermedio que consiste en reciclar los pynochos para quitarles su radioactividad y convertirla en energía para mejorar la relación.

Una vez procesados, los pynochos se convierten en una enorme fuente de energía para la relación. ¿Por qué? Simple, porque al depurarlos y compartirlos, los demás pueden enterarse de qué es lo que necesitamos de ellos y, preguntando y escuchando, nosotros también  podemos conocer lo que ellos están necesitando de nosotros para llevarnos mucho mejor.

Existe una manera de reciclar la energía radioactiva de los Pynochos y convertirla en energía constructiva...

Una fórmula para organizar nuestra comunicación puede ser:
-Cuando veo, escucho o me enero de que dijiste... (datos objetivos)
-Me siento...(describo cómo impacta en mis emociones: molesto, angustiado, me asusto, etc.)
-Porque pienso, creo, interpreto, supongo que...(expresamos qué es lo que valoramos y que sentimos que se está poniendo en riesgo y por qué)
-¿Cómo ves esto que te digo? (Invitamos al otro a que exprese su visión de la situación)
-Hacemos silencio para poder realmente escuchar.
-Resumimos lo que entendimos que el otro quiso decir, para chequear cuánto comprendimos.
-Lo que yo quisiera es que...(mis deseos y expectativas dichas como necesidades personales y no como exigencias).
-Lo que te pido, sugiero, invito, propongo es que, a partir de ahora...(pedidos y ofrecimientos concretos)
-¿Qué te parece?
-Hacemos silencio para escuchar. Luego resumimos y chequeamos lo que escuchamos.
-El objetivo es que podamos comprender las necesidades mutuas para llegar a un nuevo acuerdo que cambie la situación. Negociando con el otro hasta que encontremos los cambios que sí podemos y queremos hacer hoy y que harán que ambos nos sintamos mejor.
-Nos comprometemos mutuamente a mantener lo que acordamos y, también, podemos acordar de qué manera nos vamos a avisar si detectamos que el otro se salió de pista. Aquí, el humor puede ayudar mucho a avisarnos uno al otro las cosas sin agresión hasta que logremos incorporar el hábito de actuar según lo que prometimos al otro.

martes, 19 de agosto de 2014

Ni la gran checoslovaka ni la tana ferro

Viste cuando alguien te dice de hacer algo y no tenés muchas ganas de hacerlo pero tampoco querés decir que no entonces terminás diciendo "bueno quizás podría hacer esto y lo otro para que el no no sea tan rotundo". Bueno, en esas ocasiones terminás haciendo la gran checoslovaka (término acuñado por mi marido cada vez que complico las cosas innecesariamente). También se aplica cuando te preguntan algo y, si bien no estás segura, contestás igual o te apurás a contestar y después te arrepentís.

¿Cómo salgo (uso el presente porque es un ejercicio constante) de ese círculo de indecisión? Preguntandome "¿Qué es lo que verdaderamente quiero hacer ahora?" Por unos segundos suprimo los deberes sociales, las expectativas ajenas y propias, y contesto la pregunta. Ser sincero con uno mismo es decir la verdad sin paliarla con mini mentiras o intentar remediar o justificar lo que realmente querés. Además, mirar para adentro es la mejor guía que podés tener. Tu pepe grillo.

¿Qué me llevó a eso? Las situaciones límite, momentos que me llevan a gritar "basta, no aguanto más, no quiero seguir así, no soporto más las cosas de esta manera". El enojo, frustración, bronca aparecen cuando no hago lo que quiero. Y eso me llevó a repensar qué es lo que realmente quiero. Basta de disfraces, de considerar a los demás todo el tiempo, si los lastimo o no, basta de ser prudente al extremo.

Ahora bien, una cosa es la sinceridad y otra muy distinta la frontalidad. La gente que dice todo lo que piensa todo el tiempo y que sólo piensa en lo que quiere sin contemplar ni considerar a los que tiene alrededor puede lastimar. Está bien, decís lo que pensás y está bárbaro que seas sincero con vos y con los demás, pero... cuidá las formas. No importa tanto lo que se tiene para decir sino cómo se lo dice. Así que no, a esto no aspiro, mas sí a la sinceridad.

Entonces, ni la gran checoslovaka ni la gran tana ferro.

sábado, 16 de agosto de 2014

Cocinamos

A mi me encanta cocinar y a mi hija también. 

Su cocinita


Primero empezó con su cocinita de juguete y "hacía como si" cocinaba en serio. 

La masa


Fuente


Fuente

Cuando tenía dos años y medio le regalaron un kit de masa play-doh y se enamoró. Desde entonces juega mucho y muy seguido. La aplasta, amasa, estira. Improvisando, se nos ocurrió reutilizar las formas de los juegos de encastre para hacer galletitas de estrella, triángulo y cuadrado. Después pasamos a platos más complejos como torta de alcachofa y ensalada de tomates cherry, huevo y aceitunas. Veo que la relaja.

Cocina conmigo 






Cada vez que tengo que preparar el almuerzo o la cena, la invito a que me ayude. Ella agarra su banquito de cocina y se pone a mi lado. Lo bueno de cocinar es que le da orden. Antes de empezar hacemos juntas la mise en place, ponemos todos los ingredientes que vamos a usar en la mesa y los nombramos. Generalmente, usamos un bol y es ella la que agrega los ingredientes en el orden que le voy indicando. Cuando algo se sale, solita se encarga de limpiarlo. Después revuelve y amasamos la masa juntas. Cuando cocina conmigo, sabe que hay un orden para cada cosa y que no puede hacer cualquier cosa todo el tiempo, aún así, intento darle la mayor libertad posible, por ejemplo, cuando hacemos pastafrola o pizza, siempre le dejo un pedazo de masa para que amase o le de forma como le parezca. 

La muffinera con polenta, sal, lentejas, yerba y aguas de colores es otra opción para más libertad





Cada vez más busca formas de cocinar sola. Cada tanto la encuentro abriendo las puertas de la alacena y jugando con las cacerolas, intentando abrir el aceite y la sal, haciendo un mix con las papas y todo lo que encuentre a mano. Y ahí me di cuenta que ya no quiere jugar solo con su cocinita de mentirita, quiere jugar con la de verdad. Y me parece que no lo hace para jugar sino para experimentar qué se siente lo que ve hacer en los adultos. Por eso, se me ocurrió darle algunos elementos "de verdad" para que cocine libremente. Le llené una muffinera con polenta, yerba, lentejas, sal gruesa, etc., le di cucharas y un bol y le dije "Cociná lo que te quieras".  

Acá hicimos una torta de cumpleaños con las fichas de distintos rompecabezas... su idea. 


martes, 12 de agosto de 2014

Experiencia Scrooge

Scrooge es el protagonista de la novela de Dickens que narra la transformación de un viejo cascarrabias luego de la visita de tres fantasmas navideños. Ahora te pregunto ¿qué pasaría si pudieras ver tu futuro? Si seguís haciendo lo que estás haciendo eso va a generar una determinada realidad. Ahora bien, creo que no hace falta viajar en el tiempo para experimentar en carne propia lo que puede pasar. El presente es un regalo que leído desde sus múltiples ángulos puede darte toda la información. Mirá lo que me pasó:

Viste cuando dicen "ojo con lo que pedís que el universo te lo da"? Bueno, ahora entiendo muy bien por qué. Ya hace unos meses me propuse amar mi realidad presente, así como está. Y sí, no es fácil cuando tenés una manada de ideales haciendo fila para intervenir en tu día a día sin que te des cuenta. Hete aquí que el Universo me dio un empujoncito, un empujón mejor dicho. Hizo tambalear dos de los pilares más importantes de mi vida. ¿Viste que dicen que uno aprecia lo que tiene hasta que lo pierde? Bueno, en mi caso, cuando pensás que lo estás por perder.

Primer cachetazo: Yo me venía quejando de una cierta monotonía en la pareja hasta que alguien me preguntó "¿Qué pasaría si alguien te dijera que en un tiempo vos te vas a separar de tu pareja?" Esta pregunta no me dejó pensando, me llevó directamente a la acción. Con mi pareja pasamos del aburrimiento a la cachondez constante. Dejé pasar enojos y los convertí en propuestas. Yo no sé qué pasará mañana, mas hoy tengo una hermosa familia y decidí que voy a disfrutar lo más que pueda de ella.

Segundo cachetazo. Yo me venía quejando de no tener libertad (soy mamá full time de una maravillosa nena de tres) y ¿qué pasaría si me embarazara de nuevo? Chan. Si antes me sentía sin la posibilidad de hacer lo que yo quisiera, de encontrar un espacio para mí para desarrollarme y relajarme, ante la perspectiva de otro bebé realmente me angustié. Hay una mamá que hace referencia a la maternidad como libertad condicional, y es un poco eso. Veo a las mamás de dos y están realmente desbordadas. Claro que quiero tener otro, mas no ahora: sola, sin tribu ni familia cerca que actúen como contención. Estuve dos semanas con la incertidumbre. Ahora amo el tiempo libre que tengo.

Por suerte, ni uno ni lo otro, pero el susto dejó sus huellas. Fueron dos cachetazos que me sirvieron para reaccionar. Cuando sentís que estás por perder algo te aferrás, lo apreciás, lo ves de otra manera, "ey no era tan malo como pensaba". Cuando las cosas tienen una fecha de vencimiento explotás su potencial. Si sabés que una crema dura por siempre quizás nunca la uses, pero si sabés que vence en una semana, te obligás a usarla en una tarta o salsa, donde sea cosa de no desaprovecharla.

Estas experiencias me sirvieron para descentrarme, para mirar desde afuera una realidad que me estaba quedando grande. Y cuando mirás desde otro ángulo, lo que te parecía gigante, se ve más chico, y lo que chiquito, empieza a cobrar más fuerza. Entonces ¿qué me ayudó a amar mi presente? Reconocer que nada es eterno, todo tiene un comienzo y un final, es la mejor forma de amar tu presente. Sin dar por sentado nada. Sí, la incertidumbre puede desestabilizar, mas, la certidumbre también puede achanchar. El poder de definición siempre está en uno. Esto me llevó a revisar ¿qué otras cosas doy por sentado?
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...