... con lo que encontré, jamón, champignones, verdeo y salsa blanca. Lo bueno de hacer empanadas es que te podés divertir pensando los rellenos; la semana pasada hice de cebolla y muzarella y de jamón y queso.
1. Primero, la mise en place. Corté champignones, cebolla blanca, cebolla de verdeo, jamón y pollo.
2. Luego, cociné, por un lado, el pollo con el jamón y por otro, la cebolla y los champignones. Uní las dos partes y esperé a que enfriaran.
3. Después hice la salsa blanca. Siempre la hago diferente y no siempre me gusta cómo me sale, pero esta vez salió perfecta. Primero puse una cucharada de manteca en una cacerola a fuego mínimo (la cacerola sólo tapaba la mitad de la hornalla). Una vez que se derritiera la manteca, agregué dos cucharadotas de harina leudante y empecé a revolver rápidamente. Después de que se formara como una pasta, espesa y seca, empecé a agregar la leche. Algunos recomiendan agregarla caliente, no fría. Igualemente, lo importante es no agregarla de golpe. Así lo hacía yo y no había forma de que quedara espesa. Esta vez, fui agregando de a chorritos mínimos y revolviendo constantemente. Y la salsa quedó espesa y muy suave.
4. Entonces, mezclé la salsa con el relleno y esperé a que enfriaran antes de agregarlos como relleno a las tapas de empanadas hojaldradas.
5. Las llevé a fuego medio hasta que se doraran levemente. Y voilá! Salieron deliciosas.
No sé muy bien de cocina, pero me las ingenio bien ehhhhh
2 comentarios:
Me comí nueve.
Todo dicho
aii aii aiii.... se ven muy riicas.
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