Primer paso: conseguir la receta, los utensilios y los ingredientes
Le pedí la receta a Susi, mi tía de cariño, que la hizo para las últimas reuniones familiares. Le escribí por mail una sola vez y no volví a insistir porque es una de esas personas que hace las cosas en el momento y si no me contestó fue porque estaba haciendo chichicientas cosas. Así que primero tuve que esperar la receta.
Cuando llegó, lo primero que hice fue chequear que los ingredientes fueran fáciles de conseguir. Fui haciendo tics mentales con cada uno hasta que llegué a la parte del armado. Como me di cuenta que no podía hacer la receta sin una procesadora mis opciones eran comprarme una o pedirla prestada. Por suerte, mi suegra tiene una que apenas usa y no tuvo problemas en prestármela. Así que después, sólo tuve que ir al almacén a conseguir los ingredientes que no tenía en la alacena, como las almendras y el dulce de frambuesas. Tenía todo listo.
Cuando llegó, lo primero que hice fue chequear que los ingredientes fueran fáciles de conseguir. Fui haciendo tics mentales con cada uno hasta que llegué a la parte del armado. Como me di cuenta que no podía hacer la receta sin una procesadora mis opciones eran comprarme una o pedirla prestada. Por suerte, mi suegra tiene una que apenas usa y no tuvo problemas en prestármela. Así que después, sólo tuve que ir al almacén a conseguir los ingredientes que no tenía en la alacena, como las almendras y el dulce de frambuesas. Tenía todo listo.
Segundo paso: el armado
No fue fácil, no por la receta sino por la chiquita. Cocinar con una bebé es una empresa osada, está plagada de interferencias. Empecé cuando estaba durmiendo. Puse todos los ingredientes sobre la mesada. Mise en place check. Para tamizar los secos tuve un pequeño inconveniente, me olvidé de agregar el cacao. Como estaba leyendo de la receta original de pastafrola, me olvidé que además tenía que sacar parte de la harina. Lo resolví rápido sacando un puñadito. Se me complicó después cuando tenía que pasar todo a la procesadora. El bol de la mezcla era muy pequeño, por eso tuve que procesar todo en dos tandas. Dividí los secos a la mitad e hice lo mismo con las proporciones de manteca y huevos. Enchastre asegurado.
En el medio, se despierta la chiquita. La puse en el carrito mientras cocinaba y al principio se entretuvo con los chichitos. Al rato se distrajo y empezó a buscar las cosas fuera del carrito y entre que se tambaleaba para un lado y se ponía a llorar se me hizo largo el procesado. Llegué a unir todo en un bol y la masa quedó con consistencia y muy húmeda, la verdad no sé si tenía que quedar así o no, igualmente la llevé a la heladera durante una hora. En esa hora, aproveché para hervir las almendras, sacarles la cáscara y triturarlas. También, bajé el colchón de la cuna de la chiquita para dejarla en el corralito. Con la gorda encima fui sacando el acolchado, las sabanas, el colchon, el soporte superior y volví a poner todo pero en la parte de abajo. Antes de dejar a la chiquita me di cuenta que me había hecho popo encima. Me limpié, la limpié y la dejé en la cuna para seguir en la cocina.
Lavé todo, limpié parte del enchastre de la mesada y dejé el piso para el final. Cuando saqué la masa de la heladera agregué una parte de las almendras, la otra la usé para un pote de mermelada de frambuesas. Justo cuando iba a empezar con el armado llegó mi marido que se encargó de entretener a la gorda mientras terminaba de fonsar. Primero puse una base de masa, el dulce y el enrejado. Algunas acotaciones, me sobró masa para cuatro muffins (que quedaron deliciosos), por eso, la cantidad de dulce resultó ser un montón. Y para el enrejado, había visto en Utilisima que lo hacían con una manga para que quede más prolijo. Lo cierto es que no tenía opción, porque la masa se me desarmaba de la nada. La puse en la manga y después de mucha presión la primera quedó perfecto, pero ya me había quedado sin fuerza para las siguientes, así que llamé a mi marido para que hiciera las siguientes, pero de tanta fuerza se le explotó la manga y tuve que seguir yo con un poco más de paciencia.
En el medio, se despierta la chiquita. La puse en el carrito mientras cocinaba y al principio se entretuvo con los chichitos. Al rato se distrajo y empezó a buscar las cosas fuera del carrito y entre que se tambaleaba para un lado y se ponía a llorar se me hizo largo el procesado. Llegué a unir todo en un bol y la masa quedó con consistencia y muy húmeda, la verdad no sé si tenía que quedar así o no, igualmente la llevé a la heladera durante una hora. En esa hora, aproveché para hervir las almendras, sacarles la cáscara y triturarlas. También, bajé el colchón de la cuna de la chiquita para dejarla en el corralito. Con la gorda encima fui sacando el acolchado, las sabanas, el colchon, el soporte superior y volví a poner todo pero en la parte de abajo. Antes de dejar a la chiquita me di cuenta que me había hecho popo encima. Me limpié, la limpié y la dejé en la cuna para seguir en la cocina.
Lavé todo, limpié parte del enchastre de la mesada y dejé el piso para el final. Cuando saqué la masa de la heladera agregué una parte de las almendras, la otra la usé para un pote de mermelada de frambuesas. Justo cuando iba a empezar con el armado llegó mi marido que se encargó de entretener a la gorda mientras terminaba de fonsar. Primero puse una base de masa, el dulce y el enrejado. Algunas acotaciones, me sobró masa para cuatro muffins (que quedaron deliciosos), por eso, la cantidad de dulce resultó ser un montón. Y para el enrejado, había visto en Utilisima que lo hacían con una manga para que quede más prolijo. Lo cierto es que no tenía opción, porque la masa se me desarmaba de la nada. La puse en la manga y después de mucha presión la primera quedó perfecto, pero ya me había quedado sin fuerza para las siguientes, así que llamé a mi marido para que hiciera las siguientes, pero de tanta fuerza se le explotó la manga y tuve que seguir yo con un poco más de paciencia.
Tercer paso: la cocción
No sé por qué siempre desconfío de las recetas que tienen como tiempo de cocción 25 minutos; me parece muy poco. Esta vez, la masa quedó cocida salvo la parte de la base que le faltó un poquito. También puede ser que quedó húmeda del dulce, no sé.
La prueba del gusto
La masa quedó riquísima, pero había exceso de dulce, como había anticipado mi marido. Overall, empalagoso.
Tip para la próxima
Poner menos dulce y cortar más grande las almendras para que se sientan más.
1 comentario:
Falta la parte en la que digo "eso es mucho dulce" y vos no me das la razón.
Igual me comí como 8 porciones.
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