08.05.2012 :
Dime cómo comes
Cómo comer sano en el trabajo
Cuando estamos en casa (ya sea el fin de semana, vacaciones o feriados) nos resulta fácil y práctico comenzar a cuidar nuestra alimentación. Nos sentimos más cómodas, tenemos tiempo para cocinar, para hacer las compras, probar recetas y crear en la cocina. El comienzo de la semana nos marca un ritmo distinto, retomamos el horario de oficina que nos impide, muchas veces, seguir con nuestro plan de alimentación saludable. Si bien no podemos dedicarle el mismo tiempo a la cocina, podemos seguir cuidándonos y eligiendo lo mejor para nuestras comidas. Es que cuando elegimos mejorar la calidad de vida la importancia radica allí… en la elección, sea cual sea nuestro trabajo, nuestros horarios y toda la paleta de colores de actividades diarias.
Los almuerzos deben ser livianos para que no nos quiten las ganas de seguir trabajando, les recomiendo algunas opciones saludables para incorporar a su día:
• Para las fanáticas de las ensaladas: armarlas con vegetales de variados colores y enriquecerlas (además de los clásicos pollo, atún o huevo) con alguna de estas opciones: arroz (idealmente integral o yamaní, que aportan fibras, vitaminas y minerales), lentejas (pueden ser las comunes o las lentejas turcas -son de color naranja, se consiguen en dietéticas- que al no poseer cáscara evitan la inflamación intestinal que pueden ocasionar las lentejas comunes), quinoa (la OMS la considera el alimento del futuro, posee un buen aporte proteico y mineral, sobre todo de calcio y hierro. Se cocina igual que el arroz integral pero conviene enjuagarla antes de ponerla en el agua de hervor). Para condimentar: aceite de oliva, sal marina, salsa de soja, jugo de limón o vinagre.
• Cuando la opción es un sandwich: conviene realizarlo con pan de harina integral o multicereal, pueden usar tomates disecados o cherries (además de los vegetales habituales), queso Brie, hamburguesitas de granos – de poroto aduki, soja, quinoa, mijo, arroz yamaní o seitan -se consiguen en dietéticas- y milanesas de vegetales (de calabaza, berenjena, morrón, pencas de espinacas o acelga).
• Pasión por las tartas: también podemos utilizar los cereales y granos antes mencionados (arroz yamaní, lentejas turcas, quinoa, aduki) para enriquecer los rellenos de las tartas de verduras. Les recomiendo, si tienen la posibilidad, elegir la masa de tarta integral (comprada o hacerla casera: es muy sencillo 350 gramos de harina integral, 8 cucharadas de aceite de oliva o maíz, sal y agua). Recuerden al momento de elegir los rellenos, utilizar vegetales de variados colores.
Las semillas (lino, sésamo, chía, girasol), son ideales para sumar nutrientes vitales a la comida sin agregado de calorías. Nos aportan vitaminas, minerales, nos protegen de enfermedades y suman fibras a la dieta, indispensables para mantener equilibrado el organismo. Podemos hacer un mix de semillas y llevarlas dentro de bolsas herméticas reutilizables. Se incorporan en caldos caseros, yogurt, jugos o se rocían en la comida (en las ensaladas, tartas o en el sandwich). El dato: si dejamos las semillas en remojo, en un vaso con agua o dentro del caldo por un rato antes de consumirlas, comienza un proceso llamado “activación” en el que se duplican sus cualidades nutricionales y se vuelven más digestivas.
No nos olvidemos del agua, a bañarnos por dentro: dos litros, distribuidos en pequeñas tomas durante todo el día.
“Somos lo que comemos, respiramos y pensamos” dijo Hipócrates… pues entonces comamos sano, respiremos profundo y pensemos bonito.
Revista Sophia
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