Polen: es el producto de secreción de las plantas utilizado para generar nuevas plantas. Posee propiedades depurativas, energizantes (antifatiga) y revitalizantes. Estimula el apetito, eleva la capacidad de trabajo (aumenta la capacidad intelectual) y baja la presión arterial. Aumenta la producción de glóbulos rojos por lo que se recomienda en anemias y también en personas con úlceras ya que favorece la cicatrización. Mejora el crecimiento por lo que es de primera elección en niños (pero después del año para evitar alergias). Una buena forma de consumirlo es dentro de la miel, de esta manera el polen se vuelve más digerible y se absorben mejor sus nutrientes. Podemos untar las tostadas de los chicos con miel y polen. Se recomienda una cucharadita al día, se puede consumir por las mañanas, en ayunas, mezclando una cucharadita de polen con una de miel y endulzar un jugo o un té. No se recomienda en personas alérgicas.
Levadura de cerveza: es un fermento creado de la descomposición del gluten de la cebada. Es un suplemento rico en proteínas y vitaminas del grupo B. Es rica en potasio y en hierro. Facilita la oxigenación en tejidos musculares por lo que la recomiendo para todos los que practican deporte y en mujeres embarazadas (es rica en ácido fólico). También es recomendable en niños para favorecer el correcto crecimiento y desarrollo. Mejora el rendimiento intelectual y la memoria, por lo que es una buena elección para suplementar la alimentación de estudiantes y de ancianos. Ideal para personas que padecen caída del cabello o uñas quebradizas. Es un antianémico por excelencia. Su consumo es de una cucharada sopera por día, la pueden consumir como reemplazo del queso de rallar, dentro de preparaciones (tartas o rellenos) o con caldos, jugos o yogurt (esto depende de la tolerancia de cada uno a su sabor particular).
Revista Sophia
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